ALBORADAS, es la serie más reciente de obras de Alicia Alday y representa
un interesante punto de inflexión en su amplia producción pictórica.
Alicia logra, mediante su habitual maestría en el color, un espacio
paisajístico de transición entre lo real y lo imaginario, entre lo
visible y lo aparente, entre lo lógico y lo filosófico. Se basa para ello, en
las vivencias de sus viajes, en su particular observación del mundo y el
universo, y de un modo casi metafórico, logra resumir lo más sustancial en una
plasmación vibrante de luces y colores, tras los que subyacen connotaciones
visuales y significados, que el observador vinculará con la obra, como un
receptor activo.
Esta serie en la que viene trabajando Alday desde hace pocos años, parte
de una doble necesidad. Por un lado, indagar en la abstracción, haciendo una
revisión del fuerte lastre modernista asociado a este quehacer. Y por el otro,
la necesidad de liberación del componente narrativo expresivo que, en algunas
ocasiones, determina los derroteros formales de la obra. Lo procesal deviene
entonces del protagonismo del color y la pincelada, en esta serie realizada
sobre tela y madera.
La serie ALBORADAS se constituye así en un ensayo a través del cual la
artista procura liberar la pintura de paisaje, caminando en la acera de lo
bucólico, romántico, sublime… mediante una operación conceptual, que toma la
representación plástica del paisaje hasta llegar a la expresividad que reside
en el valor y organización de sus elementos visuales. Desde el comienzo, la
artista utiliza este recurso para investigar la imagen en relación con los
procesos de memoria, olvido, fantasía, ensoñación.
Alicia Alday va y viene entre lugares de agua y tierra, de lo mio y lo
del otro, la osadía y la desventura, navega en esos territorios, se apropia de
paisajes, los fragmenta, los reorganiza y los convierte, legítimamente, en una
identidad propia.
Tan propia como su obra.